Auxiliar de ayuda a domicilio
El comienzo de mi terapia fue muy duro, hasta pensé en dejarlo, me sentía muy perdida. Tenía muchos miedos que no me dejaban hacer bien mi vida.
Al principio algunas cosas no me gustaban, pero poco a poco comprendí que no pasaba nada y fui mejorando. La terapia me ha hecho descubrir en mi a una persona que estaba oculta en mi interior, siendo la misma estoy más fuerte, más yo con los pies en la tierra, viviendo el presente segundo a segundo, ocupándome de los demás sólo cuando me lo piden. Descubriendo que si no me meto en los problemas de los demás soy mucho más feliz, me siento mucho más yo más auténtica.
He descubierto que las herramientas que usa me gustan, que me hacen bien y tengo fe en ellas. He podido grabarme nuevas creencias que me acompañan y me hacen muy fuerte día a día, ya no vivo con miedo.
Respecto a Ana, que yo la llamo mi profesora de educación emocional, sólo puedo decir chapó. Nada más verla, sin que me hable, me habla con su mirada, ya me refleja paz. Cuando habla me transmite paz, sensibilidad, sentimiento, alegría, son todo cosas positivas. Para mi es un ser lleno de luz, luz que irradia por todos los lados.
Su voz para mi es algo especial con lo que me transmite.
Para mi encontrarla ha sido algo muy importante en mi vida. Yo creo que las personas se encuentran cuando te las tienes que encontrar y yo la encontré porque necesitaba ayuda y por eso Dios la puso en mi camino, para que cierto día de cierto mes de cierto año la necesitara y me ayudara.
Ana es mi ídolo espiritual, me ha enseñado cosas muy bonitas, a amarme mucho mucho, a quererme, y a la vez que me quiero, también quiero a los demás. Le estoy eternamente agradecida y la quiero.
Rosario de Jesús.
Alumna y paciente de Ana Eló
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