Soy Ana Eló, Terapeuta y Enfermera especializada en Gestión Emocional para el Crecimiento Personal.
Terminé mi carrera de Enfermería en 1994, y en torno al año 2000, cuando ya llevaba 6 años trabajando en el hospital, me hablaron por primera vez de las emociones, de cómo influyen en los síntomas y enfermedades, en la capacidad de conseguir los objetivos, y en las relaciones personales. Eso marcó un antes y un después en mi vida personal y profesional.
En 2004 pasé por una ruptura sentimental muy dolorosa, que me dejó en un estado en el que la vida se me hacía cuesta arriba, me costaba tener amistades con las que contar, me sentía enfadada con el mundo, y sin querer, lo reflejaba en mi manera de estar. Busqué ayuda en la terapia, asistí a cursos, talleres, retiros, y a todo lo que se me ponía a la mano para lograr mi bienestar.
Pero aquello no llegaba y las cosas se me fueron complicando, tanto en lo profesional como en lo personal.
En 2008 me cogí una excedencia voluntaria del hospital para tomar distancia, y respirar, porque veía que algo no iba bien. Y también porque quería profundizar en el conocimiento del cuidado y la gestión de las emociones. Seguía buscando sanarme a mi misma y también aprender a cuidar mejor a los pacientes, una vez que retomé el trabajo, porque veía que las emociones estaban involucradas en todos los procesos vitales, y su gestión no estaba incluida en los protocolos de cuidados.
CON MI AFÁN DE APRENDER, SEGUÍ ABRIÉNDOME AL CONOCIMIENTO DE LA GESTIÓN DE LAS EMOCIONES
Más tarde me formé como terapeuta en la Escuela de Terapeutas del Instituto Galene de Psicoterapia Humanista Integrativa de Madrid, porque me sentí muy identificada con la forma en que a mi me había ayudado la terapia, enseñándome a ayudarme a mi misma, y teniendo en cuenta todas las facetas de mi vida, sin considerarme un diagnóstico.
Y quería hacer eso por los demás.
Durante la formación, además de un montón de técnicas y herramientas terapéuticas, también aprendí disciplinas como reiki, y meditación, que abordan aspectos más energéticos y espirituales de la persona. Con todo ello tuve una visión más clara del sentido del concepto de cuidado holístico que mencionaban en la carrera de enfermería, aunque no ahondasen en ello. porque son muchos los factores en conjunto, que influyen en que uno se encuentre sano, que las cosas le vayan bien, y que hacen que se sienta bien consigo y en su vida.
Mis esfuerzos de mejora iban dando su fruto, pero no lograba el nivel de estabilidad personal que buscaba. Lo que si lograba era tener un contacto de mayor calidad con los pacientes. Siempre me decían que hacía las cosas diferentes con mi pregunta: "¿cómo te sientes hoy?"
Un día, al cabo de mucho tiempo, de muchas terapias y de muchas etapas en mi camino de desarrollo personal, entendí algo:
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El problema y la solución de mi malestar estaban en el mismo lugar, EN LA CONFIANZA EN MI MISMA.
Mientras todo esto sucedía, durante 15 largos años, combiné durante un tiempo, mi trabajo de enfermera en el hospital con la formación, dando cursos de Gestión y Educación Emocional, y Meditación, para sanitarios. Para mi era importante que mis compañeros/as aprendiesen lo mismo que yo, para dar cuidados de mayor calidad a los pacientes en el equipo de trabajo.
Después extendí la formación a una población más general, para llevar la gestión emocional y la meditación a otros ámbitos. Cuando llegó el COVID no pude continuar con la actividad profesional que hacía dentro de los hospitales, asi que decidí reinventarme emprendiendo.
CON LA GESTIÓN EMOCIONAL QUERÍA COMPARTIR Y DAR A CONOCER LAS HERRAMIENTAS Y RECURSOS QUE ME AYUDARON RECUPERAR MI CONFIANZA
Quería que otras personas que estuviesen pasando por situaciones que yo misma había vivido, lo tuviesen más fácil, y para ello abrí mi consulta de Terapia Emocional, donde actualmente atiendo online y presencial.
Pasado el tiempo, me di cuenta que muchas de las personas que acudían a mi consulta eran mujeres con dificultades para verse a si mismas y conectar con su esencia. Con dificultades emocionales derivadas de sus relaciones de pareja y familiares, como me pasó a mi, y eso me inspiró. Empecé a buscar en mis propias profundidades la razón de ser de todo el tiempo en que estuve sumida en un sufrimiento que no lograba resolver.
"Cuando confías en ti, haces que lo que ves en ti y lo que reflejas, sea lo mismo."
Cuando tomé conciencia del impacto que el desarrollo de mi propia autoconfianza había tenido en mi bienestar y en la forma de conseguir los objetivos, que antes no alcanzaba; y cuando comprendí lo fácil que había sido perderla posteriormente, en los momentos en que había dejado de vigilarla por meterme en relaciones no recomendables, supe cómo hacer llegar el mensaje que quería transmitir.
QUE LAS MEJORES RELACIONES LLEGAN A TU VIDA CUANDO CONFÍAS EN TI
Y por eso he fundado la Comunidad Oyana, una comunidad de apoyo terapéutico, cuyo epicentro es el Programa Relaciones Exitosas. Un programa formativo enfocado en fomentar el desarrollo de la autoconfianza, como la clave para tener relaciones personales en general, y de pareja en particular, satisfactorias y saludables, en mujeres que han perdido la confianza en si mismas por fracaso en las diversas relaciones sentimentales en las que se han implicado, en muchas ocasiones, para encontrar aprobación y valoración externas, llevándoles a ser dependientes emocionalmente, y a cuestionarse los 3 factores que yo llamo los INTOCABLES: yo valgo, yo merezco, yo soy capaz.
Con el programa Relaciones Exitosas, y en el contexto de la red de apoyo que aporta la Comunidad Oyana, quiero acompañar a las mujeres en un proceso de transformación en el que van a pasar del punto A en el que se encuentran, viviendo y reviviendo relaciones de dependencia que les llevan a la frustración, a la pérdida del control de sus vidas, a la sumisión o al bloqueo, al punto B, donde pueden disfrutar de sus relaciones, establecidas desde la libertad personal, mientras se dan prioridad a si mismas en sus vidas para ocuparse de llevar a cabos sus sueños y metas, sin sentirse culpables, y saben poner límites, sintiéndose seguras, y dejando de sentirse solas, perdidas o sin apoyo.