La crisis sanitaria por COVID-19 puede generar, entre otras cosas, aumento del estrés, y ser causa de agotamiento. Los consejos para el burnout en las enfermeras, en momentos en los que es difícil escapar de ese estrés, son un valor añadido.
Puede que últimamente, estés diciendo o escuchando mucho lo de “estoy quemada”, porque se ha convertido en una frase hecha que utilizas cuando estás un poco cansada, o un poco harta y desmotivada en el trabajo.
Pero habría que tomar más en serio la expresión, y no confundir el término “estar quemado”, consecuencia de la sobreexposición continuada a ciertos factores estresantes, con estados agudos de estrés, ansiedad o depresión, para poder prevenirlo y tratarlo.
Como sin duda, la situación actual ha mostrado que al aumentar el estrés, aumenta el burnout, por eso hay que acertar con los consejos más eficaces para tratarlo. En este artículo quiero aportarte información sobre qué es el burnout, los factores lo favorecen; algunas situaciones cotidianas te pueden llevar a padecerlo. Y sobre todo consejos para el burnout en las enfermeras, con los que cuidar las emociones que se alteran al punto de sobrepasar la eficacia de tus mecanismos naturales de adaptación frente al estrés.
¿Qué es el Síndrome de Burnout?
El síndrome de Burnout, o también conocido como síndrome de desgaste profesional, de sobrecarga emocional, del quemado o de fatiga en el trabajo fue declarado, en el año 2000, por la OMS como un factor de riesgo laboral, debido a su capacidad para afectar la calidad de vida. Está asociado al agotamiento mental, emocional y físico causado por el trabajo, y figurará en la próxima Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) que entrará en vigor el próximo 1 de enero de 2022.
El síndrome del quemado será considerado enfermedad en 2022
La definición más aceptada
La definición más aceptada para el burnout es la de los psicólogos Cristina Maslach, y S. Jackson, que en 1986 lo describieron como una forma inadecuada de afrontar el estrés laboral crónico.
El Instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional define este estrés laboral como las reacciones nocivas físicas y emocionales que ocurren cuando las exigencias del trabajo no igualan las capacidades, los recursos o las necesidades del trabajador.
Hans Selye, padre del concepto de estrés
Hans Selye, fundador del Instituto de medicina y cirugía experimental de la universidad McGill en Montreal, fue el creador de la teoría del estrés. En 1936 demostró que distintas influencias nocivas inducen la misma respuesta «no específica» en el organismo (ulceración del estómago y del colon, atrofia del tejido del sistema inmunitario, y aumento de la masa suprarrenal), y lo denominó «estrés».
El estrés es la forma en la que el cuerpo responde a cualquier demanda que se le pide, independientemente de la naturaleza del estímulo, con cambios bioquímicos idénticos, destinados a afrontar una exigencia adicional impuesta.
Esto sucede para mantener un estado de equilibrio u homeostasia, pero cuando el estrés es prolongado se pueden provocar manifestaciones psicológicas y fisiológica no deseables.
Modelo de Hans Selye
Hans Selye llamó «síndrome general de adaptación», al modelo de respuesta frente al estrés que descubrió, y distingue tres fases:
La alarma
Es el tiempo de preparación, con movilización de recursos para afrontar el estrés, todo bajo control.
La resistencia
Se utilizan los recursos, y se sobrepasa la resistencia normal.
El agotamiento
Aparecen distintos problemas somáticos y se produce el «burnout».
Si la magnitud del acontecimiento estresante no supera la capacidad de respuesta normal, el organismo no sufrirá consecuencias
Sin embargo, si no puede hacer frente a la cantidad de estrés que debe gestionar, el sistema de adaptación se agota y empiezan a producirse consecuencias como irritabilidad, insomnio, dolor de cabeza, dificultad para concentrarse, problemas de memoria, e ir aumentando.
Fisiología del estrés y de la adaptación
La regulación de la adaptación al estrés pone en marcha el «stress system» en el que intervienen tres sistemas:
- nervioso
- neuroendocrino
- inmunitario
En el «stress system» están presentes dos mecanismos principales, de los sistemas nervioso y neuroendocrino que equilibran la liberación de las sustancias químicas que producen los cambios en el organismo, por un lado, y por otro, movilizan las fuentes de energía necesarias para realizar los esfuerzos musculares, y la actividad antiinflamatoria e inmunosupresora.
¿Cómo aumenta el burnout en las enfermeras?
Se considera que hay burnout cuando hay agotamiento emocional, despersonalización, y falta de realización personal, y se acompaña de trastornos físicos, conductuales y problemas de relación interpersonal. Cuando aumenta el contacto con los factores de estrés, como está ocurriendo en la pandemia, aparece el burnout. De ahí la necesidad de frenar este contacto, a la vez que aplicar sin demora, consejos eficaces para las alteraciones emocionales que se hayan producido.
El agotamiento emocional se refiere a la pérdida progresiva de la capacidad de entrega en el trabajo.
La despersonalización produce distanciamiento emocional mediante la adopción de conductas impersonales, insensibles o endurecidas en el contexto del trabajo. También se caracteriza por una desconexión con el entorno y sobre todo por una sensación persistente y recurrente de distanciamiento de los procesos mentales y del propio cuerpo. El afectado se percibe a sí mismo como si fuera un espectador externo de su vida.
La falta de realización personal se manifiesta con descontento, desmotivación e insatisfacción, como resultado de una autoevaluación negativa de los logros profesionales.
De esta manera, el síndrome de burnout pasa a ser una expresión frente a los estresores crónicos, asociada con agotamiento, cinismo e ineficacia profesional.
El agotamiento es la sensación de no poder dar más de sí a nivel emocional como consecuencia de una exposición prolongada a las exigencias laborales.
El cinismo se refiere a la falta de interés y a la pérdida de significado, así como a la indiferencia y al distanciamiento hacia el trabajo.
La ineficacia sería la percepción de no hacer adecuadamente las tareas y la sensación de ser incompetente en el puesto asignado.
Síntomas del burnout secundario al estrés de la pandemia
Los síntomas de estrés en la pandemia pueden manifestarse desde forma leve a extrema.
- Leve: hay molestias musculares leves, alteración del humor y del ánimo, menor rendimiento, ansiedad, úlceras, o dolores leves. La persona es poco operativa, y tiene dificultad para levantarse por la mañana, o cansancio patológico durante el día.
- Moderada: hay insomnio, déficit de atención y concentración, más automedicación, distanciamiento, irritabilidad, apatía, pérdida del idealismo, depresión, hipertensión, alteraciones del apetito, abandono de conductas saludables, El individuo está emocionalmente exhausto y tiene sentimientos de frustración, incompetencia, culpa y autovaloración negativa.
- Grave: aumenta el absentismo laboral con aversión por la tarea, frustración, problemas de adaptación y conflictos, abuso de sustancias tóxicas, los dolores se hacen crónicos, enfermedades cardiovasculares y cerebro vasculares, trastornos gastrointestinales, enfermedades dermatológicas.
- Extrema: la exposición sostenida a los factores estresantes puede llevar a aislamiento, crisis existencial, psicosis con angustia y/o depresión, e impresión de que la vida no vale la pena, con ideas francas de suicidio.
El agotamiento emocional sería la dimensión central de este cuadro clínico, y la despersonalización, el síntoma más característico
Para que se pueda diagnosticar un síndrome de burnout como consecuencia del estrés en la pandemia, tienen que existir el agotamiento emocional y la despersonalización
Condiciones laborales que producen estrés en la pandemia
Inicialmente se pueden señalar cinco condiciones del trabajo que contribuyen al aumento del burnout en la pandemia:
- Demandas emocionales de pacientes y familiares
- Sobrecarga de trabajo, con aumento en el número de horas por falta de personal
- Exposición a riesgos y peligros por la falta de equipos de protección
- Falta de apoyo social por parte de las instituciones (sensación de abandono)
- Percepción de injusticia organizacional, por la temporalidad de los contratos, que cesan cuando pasa lo peor
Tener emociones fuertes no siempre es patológico
Sentir emociones fuertes después de un acontecimiento estresante, negarse inicialmente a pensar en el suceso, tener pensamientos indeseables e intrusivos del acontecimiento o sufrir síntomas físicos temporales como dolores de cabeza o trastornos estomacales, se consideran respuestas normales y adaptativas al estrés, si es agudo y puntual.
Lógicamente no son agradables, pero no constituyen en sí mismos ninguna patologíaLa respuesta fuerte al estrés no siempre indica patología
Afortunadamente, tienes diversos mecanismos para adaptarte a las situaciones estresantes y poder retomar a corto plazo tu ritmo normal de vida.
Que las circunstancias te afecten, no significa que sufras una patología.
Factores que predisponen al tipo de estrés que hacen necesarios los consejos para el burnout en las enfermeras
EL síndrome burnout va fraguándose poco a poco, y fluctúa en el tiempo. Pueden aparecer fases más agudas y fases más leves. Según las medidas que se adopten, los síntomas pueden ir agudizándose, como sucede en la pandemia, que el nivel de deterioro de la salud mental ha aumentado, o por el contrario, pueden estabilizarse o incluso decrecer, porque el cuerpo tiene habilidad para defenderse y reestablecerse.
Los principales factores que predisponen
- Trabajo a turnos. Los trabajadores del turno nocturno, insatisfechos con el sueño, presentan más agotamiento.
- Alta demanda de pacientes, hace que los recursos tanto humanos como tecnológicos sean deficientes.
- Convivencia cotidiana con el sufrimiento y la muerte.
- Despersonalización, ya antes comentada, por la ansiedad que genera la falta de control en las tareas.
- Bajo apoyo social, con facilidad se olvida a los profesionales.
Testimonio vivencial de situaciones que generan estrés en la pandemia
Desde una pequeña localidad de la provincia de Cádiz, una enfermera cuyo nombre dejo en el anonimato, y que bien podría representarte a ti, o a cualquiera de los muchísimos sanitarios que han atendido y están atendiendo a los pacientes de covid 19 dentro de un hospital, me compartió su experiencia.
Cuenta que pasaba miedo por la soledad que se respiraba en la habitación con el covid, tenía miedo de tocar al paciente, sobre todo al inicio de la pandemia, lo que le hacía darse cuenta de que no era tan valiente.
Notaba que el paciente la miraba buscando información en sus ojos, que era lo único visible, para que le dijese sin palabras cómo iban las cosas.
La soledad se hacía más presente
No les podía poner la tv por evitarles ver las noticias, y no empeorar su estado de ánimo.
Intentaba no tocar nada, tuvo que aprender a ponerse y quitarse el EPI, para tener un mínimo de seguridad en que no se había contagiado si había hecho esa parte bien.
Cuando iban pasando los meses, veía que todo se iba normalizando, sin perder el miedo a contagiar a otros ni a contagiarse.
Sabía que era su trabajo y también su obligación, y eso le producía una sensación agridulce.
Vivió muchos momentos en que se sentía en señalada por la sociedad, porque como profesional tenía que hacer su trabajo, pero que no había elegido trabajar con ese riesgo en una pandemia. Tampoco había elegido poder convertirse en transmisora del virus.
Todo esto, sin duda, aumentó su nivel de estrés cotidiano.
Ella ahora ya no atiende directa a pacientes de covid, pero de haber seguido, como puede que te pase a ti, su estrés podría hacerse crónico y terminar desarrollando un síndrome de burnout.
Por eso es muy importante y necesario tomar medidas
Consejos para el burnout en las enfermeras
Para combatir el estrés primero hay que saber qué tipo de estrés tienes
Nutricional
Elige alimentos con pocas sustancias estresantes para el organismo, evita al máximo los que tienen índices glicémicos altos, que son más difíciles de metabolizar.
Emocional
Evita el contacto continuo con las malas noticias porque impactan negativamente en tu sistema inmune, alterando la función del órgano timo, encargado de generar tus defensas.
Ten cerca a alguien con quien expresar lo que sientes de verdad, no es el momento de hacerte la fuerte, ni de pensar “no lo digo por no molestar”. Necesitas ser auténtica con tus emociones, y darles un cauce de salida adecuado, para evitar que salgan de manera inadecuada.
Escucha a los que llevan la situación mejor que tú. Sus estrategias te pueden servir a ti. No te creas la más afectada, ni que lo suyo no tiene solución, porque no es cierto. Es tu mente la que te hace pensar así.
Vigila tu sueño y tus digestiones
Si empiezas a notarte con mayor cansancio, puede que tus glándulas adrenales, encargadas de producir el cortisol que te mantiene activa, estén alteradas. Es el momento de darte prioridad sin excusas, y regular tu rutina de sueño. Cuando no descansas bien, te levantas cansada, tu capacidad de concentración disminuye, te confundes más, tus resultados son peores, y generas otro factor de estrés.
Haz que a tu cuerpo le de tiempo a repararse
Observa si tus digestiones son peores, si notas mayor acidez, reflujo u otros trastornos gástricos, puede que tengas úlceras, consecuencias de que el estrés severo está provocando aumento de la acidez en tu cuerpo.
El estrés aparece en condiciones de acidez orgánica.
Ante ello, toma agua con bicarbonato de sodio 1 vaso de agua con 1ch de bicarbonato sódico, 2 veces al día, para alcalinizar el cuerpo. La acidez empieza a bajar, y con el sodio tienes más energía. Si tomas bicarbonato, incluye en tu dieta magnesio y potasio, con jugos verdes, para equilibrar el aporte extra de sodio y evitar problemas con la tensión arterial.
Mental
Vigila tus pensamientos. La forma en que interpretas los hechos puede ser muy destructiva.
Para ello hazte un seguimiento, escribiendo en un cuaderno lo que piensas a lo largo del día. Vigila si se repiten mucho los pensamientos irracionales o exagerados, con los que te adelantas a un futuro poco alentador, o con los que temes revivir cosas del pasado.
Si te ocurre, intenta identificar lo interpretación negativa que haces, y esfuérzate por hacer una interpretación de los hechos que te favorezca más.
Amor y calma
Rodeate de personas con las que intercambiar mensajes de refuerzo positivo activo, que te conecten a una actitud de superación.
Aprende a hacer respiraciones conscientes y profundas. Esto favorece la calma, aumenta el oxígeno en la sangre, y también la energía del cuerpo. Repite las respiraciones durante un rato hasta que empieces a bostezar, que es cuando se activa el sistema nervioso que repara, y el activador de alarmas, se desactiva.
Toma el sol, porque la vitamina D también tranquiliza el sistema nervioso
Conclusión
Edúcate emocional y nutricionalmente para que tu sistema inmune esté activado y fuerte.
Adquiere los hábitos más saludables, ayuda a tu cuerpo a no enfermar, reduce el consumo de medicamentos y otras sustancias tóxicas.
Ocúpate de dormir para tener energía, y ganas de hacer cosas con las que disfrutar, como ejercicio, u otros hobbies y aficiones fuera del tiempo de trabajo que permitan la desconexión de la mente.
Aplica las habilidades que en otras momentos te ayudaron a manejar situaciones difíciles, y a superar las barreras y los miedos, para implementar los cambios que necesitas incluir en tus hábitos.
Con un sistema inmune fuerte, una mente equilibrada, y las emociones balanceadas, puedes revertir el efecto de las malas noticias, empoderarte y así no hay ningún virus que te pueda atacar.
¿Te has encontrado mal sin saber bien por qué, y finalmente te han dicho que tenías agotamiento laboral? ¿Has tenido que dejar de trabajar por ello? Déjame tu comentario. Si tienes inquietud por ampliar este tema, o que te hable de algún otro, añade tu sugerencia en tu comentario y lo tendré en cuenta para los siguientes artículos que publique.
Gracias por dedicar tu tiempo a leerme.
Un abrazo
Ana Eló