Enfermera
Acudí al curso porque una amiga me lo recomendó, me dijo, “tía no sé qué ha sido, pero me ha removido”, así que le acompañé...y lo único que puedo decir es, que he cambiado, he crecido y me siento... mejor (es una sensación difícil de explicar, pero es maravillosa)"
Siempre he actuado de una manera, sin cuestionar el porqué, aunque ello me generara frustración, ira o tristeza...simplemente, porque era lo correcto, pero ¿para quién?
Antes, por ejemplo, cuando tenía alguna situación con la que no estaba de acuerdo, o no me gustaba, pues me callaba, asentía,...y bueno, es lo que había que hacer...era lo correcto, lo cual me generaba, a nivel externo, una falsa tranquilidad, porque no discutía con nadie...pero recalco, FALSA tranquilidad.
Tras comenzar el curso, empecé a conocerme, a entenderme...y lo que es mejor, a expresarme, y a dejar expresar, lo que me ha ayudado tanto en mi vida personal como profesional.
Hay una frase que tengo grabada del curso que me gustó mucho y es “mi vida sin mí, no existe”. Hay quién puede confundir todo esto con “egoísmo”, pero yo he aprendido que realmente tiene otro nombre, paz.
Ana es una persona maravillosa, que es capaz de transmitir esa paz (y confianza) que anhelamos con una sola mirada, pero no esperéis una píldora mágica o unas pautas para sentiros mejor, no. Esto es un trabajo personal, de cada uno. Es un camino largo en el que uno se tiene que esforzar, pero teniendo al lado a Ana, quién te acompaña y TE AYUDA A QUE TÚ ENCUENTRES TU PROPIO CAMINO todo es más fácil.
A todo el mundo que me pregunta por el curso, siempre le digo lo mismo, “A mi me encanta, soy más feliz, es...es...es… tienes que probarlo.”
Ana Lamas Lamas
Enfermera
Alumna de los cursos Educación Emocional y Comunicación
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