Técnico de rayos
Conocer a Ana y estar con ella en sus cursos, terapias, aprender de ella, escucharla.....me cambio la vida , literalmente.
Siempre he sido una mujer tímida, con miedo a enfrentarme a los demás, a ser clara en mi forma de pensar. He ido en varias ocasiones a otras terapeutas....intentando encontrar la manera de conocerme más, de hacerme más fuerte.
Conocer a Ana marcó un antes y un después en mi forma de ver la vida.
En una de las primeras reuniones con ella, va y nos dice TENEMOS QUE SER EGOISTAS CON NOSOTRAS MISMAS, ¿QUIEN MEJOR QUE NOSOSTRAS SABE LO QUE NECESITAMOS?
Mi concepto de esa palabra cambio radicalmente. Entendí de repente que ser egoísta no es malo. Que hay que empezar por escucharse de verdad a uno mismo, que hay que sentir y dejar salir lo que queremos, y que siempre que sea desde el respeto poner en práctica nuestros deseos, pensamientos, anhelos, .....
A partir de ahí, y poco a poco, yendo a verla cada mes, compartir con ella experiencias, escucharla a ella y mis compañeras, escucharme a mi misma en alto lo que llevo dentro, me ha cambiado. He entendido que hay que ser fiel a uno mismo, entendido no, HE SENTIDO que hay que respetarse. Que poniéndome en segundo lugar también hago daño a los que me quieren.
Ana es capaz de hacer que sueltes lo que llevas dentro. Es capaz de llevarte al límite y que veas lo que realmente sientes. Le pone palabras a tus sentimientos. Lo hace desde la calma, desde la paz, y cada tarde que he pasado con ella siempre ha habido algo que me ha dejado "flipada", algo nuevo que he aprendido, de mi o de como ir por la vida. He entendido mejor las relaciones con gente muy cercana, he aprendido a poder expresarme y mejorar esas relaciones.
Sus clases son dinámicas, nos explica teoría para entender cómo funciona nuestro cerebro o de dónde vienen las emociones, y luego nos hace pensar, y sobre todo sentir. Sentirnos nosotros mismos y sentir a la compañera, porque de todo se aprende. Otras veces hablamos, con una frase suya nos da para estar toda la tarde, haciendo ejercicios prácticos, hablando entre nosotras y viendo la vida a través de los ojos de la compañera,...
Yo siempre le digo a mis amigas que ójala pudieran venir conmigo, que todas tendríamos que tener una Ana en nuestra vida.
Desde marzo no hemos vuelto a vernos por el covid. Y la echo mucho de menos, porque sabe ordenar mi vida, quizás a veces solo con su presencia o su forma de mirar algo dentro de mi se pone firme y me doy cuenta de lo que me pasa.
Si, me ha encantado conocerla y llegar a sus clases de rebote a través de otra compañera, pero es que hace falta gente asi. Hace falta poder hablar y liberarte de todo lo que llevas dentro, poder compartirlo, poder soltarlo riendo o llorando, y eso es lo que ocurre con Ana. Eso es lo que experimentas en sus clases, y es maravilloso."
Beatriz López Cano 43 años
Técnico de Rayos.
Alumna Curso: Educación Emocional
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