Trabajar con personas enfermas, y en un sistema donde a veces te encuentras en condiciones precarias para llevar a cabo un cabo tu labor, te va dejando secuelas silenciosas, que hay que atender.
Una muy buena opción para ello es hacer terapia psicológica , que en adelante llamaré simplemente terapia, para solventar los problemas emocionales o de conducta que de ello se derivan.
Quizás eres de las que piensan que con un poco de tiempo o una charla con amigas la cosa se resuelve por si misma, y puede que en algún caso sea así. Pero en muchos otros casos, el problema se queda dentro creando malestar, y en esos casos suele ser importante plantearse la opción de acudir a terapia.
¿Qué es la terapia?
Una terapia es un proceso de trabajo interior y de evolución personal, donde se abordan, para ajustar y equilibrar, las alteraciones que se producen en la conducta, en las emociones y en el pensamiento, una raíz de las situaciones que uno vive.
Cuando decide empezar una terapia ten en cuenta que vas a dedicar tiempo y energía a escucharte, dejar atrás lo que ya no sirve y tomar contacto con tus verdaderos deseos y necesidades.
La terapia consiste en una serie de encuentros con un profesional , llamado terapeuta en los que, por medio de la palabra, ya veces a través de otras técnicas y ejercicios, vas superando tus dificultades y siendo más consciente de tus miedos , dudas, inseguridades o bloqueos. También vas entendiendo cómo se han ido formando los problemas a lo largo de tu vida.
La terapia posibilita que te conozcas mejor y desarrolles nuevas formas de resolver tus dificultades, y que empieces a ver `posible lo que antes consideraste imposible.Para algunas personas ir al terapeuta es sinónimo de ser débil, pero en realidad, acudir a terapia te convierte en una persona más fuerte emocionalmente, y te aporta herramientas para adaptarte mejor a las situaciones difíciles que se te presentan a lo largo de tu vida.
La terapia te aporta herramientas para adaptarte mejor a las situaciones difíciles de tu vida.
Puede que a veces, por desconocimiento y prejuicios pienses que ante los problemas no tienes que hacer nada. Ante algunas situaciones de crisis vital que te desestructuran transitoriamente y te vuelven más vulnerable, tu capacidad de adaptarte es suficiente para sobrellevarlas sin inconvenientes, pero lo cierto es que hay otras situaciones que te sobrepasan y te ver negativamente, alterando tu funcionamiento y tu experiencia emocional , sin que sepas cómo resolverlas.
En esas otras situaciones pedir ayuda especializada para hacer terapia puede marcar una gran diferencia a la hora de resolverlas con menor dificultad y menor desgaste personal.
Trabajas con la enfermedad, el sufrimiento y el dolor ajeno, eso hace que un diario veas a tus pacientes pasarlo mal, sumado a que te encuentras con condiciones poco adecuadas para atenderles debidamente. Sabes que eso te molesta, pero no dedicas tiempo a ocuparte de esa parte, pensando que no te afecta, pero lo cierto es que si te afecta, y se va quedando dentro, y un día sin saber por qué te das cuenta que tienes menos ganas que antes de ayudar con lo mejor de ti.
La terapia te ayuda a recuperar las ganas
Existen diferentes enfoques para realizar una terapia , y están dirigidos a comprender cómo funcionan tus emociones, tus conductas y tus procesos mentales para poder trabajar sobre ellos,
solucionando problemas puntuales, o previniendo que no vuelvan a aparecer. Informarte sobre los diferentes enfoques te hará saber cuál es más afín, y cuál te ayudará más a tener buena salud mental y emocional ya adquirir estrategias de autoconocimiento y autocuidado.
¿Cómo se desarrolla la terapia?
Normalmente por etapas , cuya duración varía en función de diferentes factores, que tienen que ver con la destreza del terapeuta para captar y descifrar la información oculta en los diferentes mensajes que transmites, la complejidad del problema que quieras resolver, la prioridad que le des al proceso para hacer la inversión de tiempo, dinero e implicación personal que requiere.
En cualquier caso, siempre hace falta una etapa inicial para que se establezca el vínculo de confianza entre el terapeuta y tú, y es la parte más importante del proceso .
A través de ese vínculo tú le vas dando al terapeuta la información que te solicita para comprender tu problemática, e irla desgranando poco a poco, hasta llegar a la raíz de la misma. A través de ese vínculo el terapeuta, marca contigo el objetivo que quieres lograr con el proceso. También es la vía que usa para hacer intervenciones con diferentes metodologías, darte indicaciones, y proporciona las herramientas que te llevarán a ver las soluciones más adecuadas para ti.
La terapia no es un trabajo exclusivo del terapeuta, sino que requiere de tu participación activa. No solo tiene lugar durante el encuentro en directo, sino que continúa con la realización por tu parte de ciertas actividades de reflexión, lectura de textos, ensayo de actitudes nuevas, registro de experiencias, etc. que el terapeuta te irá proponiendo de una sesión a otra.
El terapeuta te enseña a mejorar los aspectos que te están generando malestar; te supervisa y te hace seguimiento, hasta que eres capaz de retomar tu vida con independencia y de manera paulatina, para prevenir recaídas, y asegurar los logros que hayas alcanzado, lograr el cambio y tener bienestar.
Tu implicación es fundamental: e trabajo de la terapia solo puede ser efectivo si te encuentras motivada y estás dispuesta a involucrarte.
¿Qué problemas se tratan en una terapia?
La terapia se puede usar para tratar una amplia gama de situaciones, sobre todo las dificultades cotidianas.
Esto significa que no es necesario sufrir un desorden psiquiátrico para acudir al terapeuta; de hecho, la mayor parte de las veces no es así.
Muy frecuentemente, se trata de personas, como tú, que no pueden o no saben gestionar situaciones de su vida diaria.
Para que te hagas una idea, las problemáticas más comunes son:
- Problemas personales , como miedos, estrés, ansiedad, etc. Muchas veces, las consultas se deben a una situación puntual que no sabes cómo gestionar.
- Falta de habilidades sociales . Muchas veces encuentras dificultades a la hora de relacionarte con los demás, en cualquier ámbito de tu vida.
- Problemas con la pareja o el entorno familiar . Aquí, el objetivo de la terapia es conseguir restaurar la armonía en la pareja o la familia.
- Dificultades en la crianza de los hijos , ya sean niños, jóvenes o adolescentes.
- Desórdenes emocionales , como en los casos de baja autoestima o depresión.
¿Cuando hace falta acudir a terapia?
A terapia acuden las personas que quieren resolver sus problemas.
El momento de acudir a terapia es cuando te das cuenta de que necesitas ayuda para resolver las dificultades cotidianas que no sabes cómo afrontar. No hace falta esperar a que la terapia sea el último recurso.
Muchas veces, no es evidente que necesitas esa ayuda porque el problema va creciendo poco a poco. En cualquier caso, el momento es cuando lo detectas, porque cuanto más dejas que un problema pase agravándose, más difícil será solucionarlo después.
Todos nosotros, en determinados momentos de nuestras vidas, necesitamos asesoramiento y recibir la ayuda de otras personas.
La terapia es una actividad que se realiza en un ambiente tranquilo y seguro, físico o virtual, donde puedes sentir que tienes permiso para ser natural y auténtico con lo que sientes, piensas y dices, donde puedes explorar todas tus inquietudes, y donde puedes ensayar nuevas formas de pensamiento y de conducta, todo ello contando con la atención, el interés y la aceptación incondicional del terapeuta.
¿Cuál es la función del terapeuta?
El terapeuta tiene un papel claro: mantener siempre una escucha activa , y rescatar de tu discurso los datos reveladores de tu malestar, que ni sabes tú. De entre todas tus palabras, no distingues qué es lo que más te molesta, incluso puedes equivocarte dando más importancia a un hecho que al que de verdad explica tu malestar. Es el cometido del terapeuta apuntar hacia la causa real, y reflejártela , siempre con amor, y respetando tu ritmo de asimilación , para que veas con total clarividencia que efectivamente era eso lo que estaba molestando.
El terapeuta se encuentra en una posición diferente a la del resto de las personas que te rodean. No es un padre que da consejos. No es una madre que da cariño y comprensión, sufriendo empáticamente. No es un colega que te habla como si estuvierais de copas. Es una persona que escucha y dice verdades, las verdades que ninguna otra persona tiene la licencia de decir o que, aunque las dijera no encontró escuchadas de la misma manera, con la misma receptividad.
Eres capaz de tolerar lo que el terapeuta te dice, pero sólo de él y no de otra persona.
El terapeuta saca los datos que son claves o que dejan desconcertada durante las sesiones, los toma como un descubrimiento e indaga sobre ellos en profundidad, y los saca en los momentos oportunos para provocar en ti alguna asociación con algo nuevo. De esta forma puedes ir ordenando piezas descolocadas, y darte cuenta del sentido que han tenido ciertos comportamientos en tu vida, y descubrir el por qué y el para qué de las cosas.
Descubrir el por qué y el para qué de las cosas tiene un efecto tranquilizador.
Cuando descubres para qué haces algo, o qué estás persiguiendo con esa actitud suele ser el momento en el que plantea "¿de qué otras formas podrías conseguir eso que persigues, sin que te suponga sufrimiento?"
Ser capaz de hacer esto dependencia de la flexibilidad del terapeuta y de su capacidad de adaptación a los diferentes pacientes.
Es el terapeuta el que tiene que adaptarse al paciente y no el paciente a la terapia.
El éxito de la terapia radica en las respuestas que des a esa pregunta, ya las opciones de acción que puedas poner en marcha para ello.
El terapeuta tiene que tratar de transmitirte normalidad y que no te alarmes por lo que descubras, por lo que no te deja avanzar. Ayudarte a aceptar lo que te ocurre como parte de la vida, para reducir tu ansiedad y facilitar que abordes el camino de recuperación con sosiego y sin prisa.
La vida no es lineal, es decir no sucede lo que crees que debería suceder. Muy al contrario, sucede lo que ha sucedido, por las circunstancias que sean, las particulares de cada uno, ya partir de ese momento puedes decidir hacia donde quieres dirigirte.
¿Cuándo se acaba la terapia?
Esto depende de todo de los objetivos que el terapeuta se ha ido marcando contigo. Habrá veces que en pocas sesiones te vas porque has aprendido lo suficiente en ellas para salir del bache en el que estabas. Habrá otras veces que aunque salgas del bache te das cuenta de que hay otras cuestiones, que incluso desconocías al empezar la terapia, en las que quieres seguir profundizando. Habrá otras veces que quieres dejar la terapia por tu propia resistencia (“no te quieres enterar de lo que te pasa”), quizás no es tu momento, puede que vuelvas más adelante. Pero no pasa nada, también está bien que lo hagas, es mejor no presionar, y transmitirte que tienes la puerta abierta para cuando tú creas conveniente.
Ahora que sabes todo esto, dime: ¿estás dispuesto a hacer terapia para resolver tus problemas? De ser así, pásate por la sección de servicios y si me cuentas lo que te pasa, es muy posible que con mi método de terapia individual Despierta tu conciencia, pueda ayudarte.
¿Qué te ha parecido el artículo? Si tienes inquietud por ampliar este tema, o que te hable de algún otro, déjamelo en comentarios y lo tendré en cuenta para los siguientes artículos que publique.
Gracias por dedicar tu tiempo a leerme.
Un abrazo
Ana Eló
Hacer terapia es mucho mejor que estar pensando y dando vueltas en la cabeza diciendo tengo un problema y no se qué hacer, ni como solucionarlo. Si eliges hacer la terapia de Ana ,ella te transmitirá una tranquilidad y una forma de solucionar el problema. A mi me ha ayudado, suerte.
Qué razón tienes, Cecilia.
Hacer terapia es mucho mejor que estar dándole vueltas en la cabeza a los problemas, porque además en la cabeza no se resuelven, jaja, y puedes acabar con dolor.
Me encanta saber que te gusta la opción de la terapia, Gracias por compartir tu experiencia.
Animo a más personas que también se animen a comentar la suya
Un abrazo fuerte