Enfermera y Técnico de Laboratorio
Os voy a contar mi historia
"Conocí a mi querida Ana, hace ya unos años, a través de una amiga de mi grupo de amigas del hospital donde trabajo. Me habló, de que iban a abrir un curso de Educación Emocional para trabajadores de allí, y me dijo nos apuntamos… ellas a menudo hablaban de esos temas mientras comíamos, o quedábamos en cualquier bar, hablaban de que iban a sesiones, de palabras como Reiki, meditación, crecimiento personal, Mindfullness… y la verdad yo en ese tiempo desconectaba porque no me interesaba nada… Pero te adelanto, que allá que fui… En ese tiempo yo pasaba por una situación vamos a llamarla complicada por mi vida, estaba enfadada 24h al día, me molestaba todo, estaba triste, sentía dolor, sufrimiento, llanto… y más adjetivos que vienen a decir lo mismo...
No sabía cómo había llegado a acabar así… si yo no recordaba ser así, no recordaba años más atrás sentirme así pero sí que lo era sí….
Cuando nos apuntamos y llego la primera clase con Ana yo iba con 3 puntos bien claros en mi cabeza para no meterme en líos, bastante tenía ya la imagen de busca numeritos… y tampoco la verdad, sabía si quería ir a esos sitios, si me iban a servir para ayudarme, en realidad pensaba que se pasaría solo, pero no… También sabía que no podía seguir como hasta ahora estaba, que ya me estaba viendo a mí misma que esto no podía seguir así y acabé yendo, y retomando mi reticencia a esas sesiones yo iba con mis tres puntos en mi cabeza bien claritos para cuando saliera de allí viese que eso no era para mí.
Un primer punto que era: Erika, no hables demasiado, estate calladita, tu sentadita atrás, asientes de vez en cuando y a pasar ésto como se pueda.
Un segundo punto de, Erika por lo que más quieras no llores, no puedes llorar si te preguntan contestas así rápido poco y que pase a otra.
Y un tercer punto de: Erika no seas el centro de atención que se te da muy bien para todo y aquí no lo deberías ser porque a ver como sales…
Lo que paso en esa primera sesión fue que, hablé más de la cuenta, lloré, lloré mucho y acabe en “cuarentena” según Ana, para la siguiente clase. Ana me había calado desde el minuto uno y al trasto mis planes, y pensé (Yo no vuelvo a esto ni loca vamos), en una primera sesión me dio un repaso y de los grandes y no quiso seguir si no…. No sé qué más hubiera pasado allí. Pero decidí volver no sabía muy bien porqué… pero sentía que debía ir y allí estaba yo cada miércoles sin faltar uno tras otro… a partir de ahí cada sesión a la que iba salía llorando, tocada, pareciese que todo lo que contaba, trataba yo lo tenía que resolver… fueron meses y años de duras sesiones pero como estaba viendo la luz, qué asombro… cuánto bien me hacían sus sesiones, intentaba poco a poco poner en práctica lo que me decía y empezaba a ver resultados en mí, es algo que no se puede explicar solo hay que vivirlo.
Yo notaba que Ana conectaba, conmigo y con las demás… Ha nacido para ayudarte sin dudarlo, y porque vive lejos de Madrid y nos tenemos que conformar con lo que nos regala pero es para tenerla cada instante pegada a ti. A día de hoy he notado un gran cambio en mí misma, el enfado y la tristeza permanente que sentía fue desapareciendo, llegaba la paz a mí, estaba hasta contenta cosa que no me podía ni explicar, los problemas los enfrentaba de otra manera y daban resultado, me volvió a recordar que era YO y solo YO era la dueña y responsable de Mí y aunque a día de hoy sigo trabajando para mí y la vida me sigue enseñando lecciones. Pero te digo que Gracias a todo lo que aprendí de y con ella y resto de mis compañeras puedo afirmar que ha sido lo mejor qué me podía pasar y esa “vida/ universo/dios” del que yo tanto me quejaba, y resulta que me estaba devolviendo al camino correcto de nuevo.
A tí qué me lees, que Me tatué sobre mi clavícula un infinito y dos palabras que dicen: Siempre, Yo. Porque es ahí dónde empieza el mejor viaje de tu vida, asi que Ana, sabes que te estaré eternamente agradecida. Un abrazo enorme.
Erika Rentero. 34 años. Técnico.
Alumna Curso Educación Emocional
