El Círculo de Empresarias es una red de mujeres empresarias promovida por Fundación Mujeres en 1997 para compartir experiencias, intercambiar saberes, propiciar alianzas y visibilizar el emprendimiento liderado por mujeres.
Para ello, Fundación Mujeres promueve actividades como las entrevistas en las que da a conocer a sus miembros. De esa forma se acercaron a mi, para conocer mi proyecto, y lo que se reveló en la entrevista que me hicieron, es lo que sigue a continuación. Me da mucho gusto compartirla con vosotras, porque la idea de que me conoceréis un poco, y podáis entender mejor qué me ha llevado a tener el enfoque que le doy a mi trabajo, me encanta. ¡Espero que os guste!
Me lancé a emprender para enseñar lo que me había ayudado a recuperar la fe cuando la perdí y a ser más dueña de mi vida
Me llamo Ana Eló, y creo que desde siempre se me ha dado bien escuchar y enseñar, y eso es lo que me ha ido llevando a crear el emprendimiento que más adelante convertí en mi negocio.
En 22 años de ejercicio como enfermera tuve muchos altos y bajos en el terreno personal. Durante más de 10 años busqué soluciones de todo tipo para serenar mi angustia, acudiendo a diferentes métodos de sanación holística y energética, como el reiki, la meditación o las terapias humanistas. Pero hasta que no entendí que lo que necesitaba era volver a confiar en mí y no hacer depender mi bienestar ni mi estabilidad de la aprobación externa, ni de tener una buena relación de pareja, como objetivo en mi vida, no empecé a mejorar de verdad.
Mientras aprendía todo esto para mi mejoría personal, me iba dando cuenta que el acompañamiento terapéutico que recibía, era un camino profesional que me atraía más que la enfermería, pero salir de la zona de confort todavía no me resultaba alentador ni sencillo.
Entretanto ejercí mis dotes de docente para ir saliendo de donde estaba y esa faceta aún la mantengo en la actualidad.
Una vez me dijeron que se me da bien explicar de manera sencilla conceptos difíciles, y al final creo que es verdad, jaja.
Y cuando vi la oportunidad di el salto a la terapia, hace ya casi 10 años. Poco a poco fui dejando la profesión de enfermera para dedicarme de lleno a ayudar a otras mujeres a que mejoren sus vidas y entiendan que su bienestar y el logro satisfactorio de sus objetivos si es posible, al margen de su situación de pareja.
CE: ¿Cómo se llama tu iniciativa empresarial? ¿En qué consiste y qué servicios ofreces?
Mi iniciativa empresarial se llama Anaeloterapia. Ofrezco servicios de gestión emocional para el crecimiento personal, sobre todo ante los problemas relacionados con el ámbito de las relaciones de pareja, que incluyen desde procesos de terapia individual, grupos de autoconocimiento y meditación hasta itinerarios de formación en educación emocional.
Con cualquiera de estos servicios, la persona aprende herramientas de relación, gestión del pensamiento y de la emoción para modificar hábitos y patrones de conducta negativa arraigados y transformar la tendencia de diálogos internos negativos que provocan impotencia y frustración ante los desafíos de la vida. Además de aprender las herramientas, con esos servicios también se entrena en su uso para que se conviertan así en recursos internos aplicables a cualquier situación de la vida cotidiana que se presente con malestar emocional. De esta forma, puede resolverla con prontitud que no se sature, desborde ni produzca bloqueos.
CE: ¿Cómo llegas a especializarte en gestión y educación emocional? ¿Qué te ha llevado a dedicarte a esta profesión?
Durante los años de mi ejercicio profesional como enfermera, aprendí a ser paciente, sensible y compasiva con el dolor y el sufrimiento que produce la enfermedad. A su vez también aprendía maneras de mantenerme fuerte por dentro para no sucumbir ante ese dolor y ser capaz de infundir ánimos y ganas de luchar a pacientes y familiares.
En ese aprendizaje que incluyó recursos para evitar y resolver conflictos, me encontré con el mundo de las emociones. A partir de ahí me di cuenta que el cuidado de la salud que estábamos haciendo estaba cojo, porque no incluía el cuidado de la salud emocional de manera explícita. Veía que se daba por hecho que como enfermera tenía que saber tratar las emociones, y eso no era verdad.
Me encontré con el mundo de las emociones y todo cambió a mi alrededor.
Veía que al preguntarles cosas como “qué siente hoy”, “cómo le está afectando su diagnóstico” o “quiere hablar de sus síntomas”, o si era un caso de muerte cercana, les daba espacio para hablar de sus inquietudes al respecto, me miraban agradecidos por poder hablar de cosas que llevaban dentro encerradas, sin compartir con nadie, por miedos, complejos, o falta de costumbre, sin sentirse juzgados ni ignorados.
Los pacientes me decían que se sentían escuchados y eso hacía que se sintieran mejor atendidos y les calmaba la ansiedad.
Todo eso ocurrió durante años y me hizo pensar que quizás si mis compañeros aprendían lo mismo que yo, podríamos implementar nuevos protocolos que incluyesen el cuidado emocional. Así empecé a impartir formación en Educación Emocional a mis compañeros y otros sanitarios. La experiencia me llenó y enriqueció durante mucho tiempo, y la fui compaginando con mis tareas habituales de enfermera. Hasta que en un momento inesperado, algunos alumnos me preguntaban si podía atenderles de manera individual con algunos asuntos. Para ese entonces ya había hecho mi formación de terapeuta en el Instituto Galene de Madrid.
Pasé tiempo impartiendo formación en Educación Emocional a mis compañeros y otros sanitarios.
Así es como empecé a dar mis primeros pasos en la atención terapéutica. Poco a poco fui aprendiendo a ayudar mejor a las personas a tener menos ansiedad o a manejarse mejor con sus emociones.
Al tiempo me di cuenta que mucho del malestar emocional que yo misma había tenido y tenía, estaba causado por situaciones en las que después supe que había perdido la autoestima y la confianza en mi, (en su momento, eso ni me lo planteaba), como te puede pasar a ti, porque no nos han enseñado a tener en cuenta que nuestras experiencias vividas y el resultado de las mismas, afectan y alteran por dentro el concepto que tenemos de nosotros mismos de manera tan determinante. Esa falta de autoestima y la pérdida de confianza redundaba en la forma en que me relacionaba con la gente de mi entorno, (familiares, amigos) alteraba mi estado de ánimo natural, y me llevaba a conductas que ahora cuando lo pienso eran difíciles de llevar, porque establecía relaciones de dependencia, también sin saberlo.
No tenía ni idea de que en mi había unas emociones y que tenía que hacer algo con ellas, para que mis relaciones personales fuesen bien.
Y es que nos falta mucha educación emocional cuando estamos creciendo y empezando a tener nuestras primeras relaciones afectivas, y por eso establecemos relaciones de dependencia y que nos alejan del interés en nuestros objetivos.
En mi afán de ayudar desde la salud y no desde la enfermedad, como digo yo, terminé apostando por hacer las cosas a mi manera para dar soluciones ante aquella circunstancia. Me lancé a emprender para enseñar lo que me había ayudado a recuperar la fe cuando la perdí y a ser más dueña de mi vida, sin ponerme como objetivo conseguir una pareja, y que si llega poder disfrutarla con tranquilidad y sin perderme de mi misma. Es como cuando terminas una buena comida y te invitan a un chupito sin pedirlo, que le pone la guinda, sin restar sabor ni disfrute a todo lo demás.
Me llenaba descubrir que podía ayudar desde la salud y no desde la enfermedad.
CE: ¿Qué papel juegan las emociones en el éxito personal y profesional?
Un papel crucial porque influyen en las ganas de seguir adelante, en los motivos para no cesar en el intento, en la capacidad creativa y las razones que se usan como excusa para aparcarlo todo y procrastinar sin fin.
CE: ¿Qué te diferencia de otras iniciativas o empresas que trabajan en gestión y educación emocional? ¿Cuál es tu propuesta de valor?
Lo que me diferencia de otras iniciativas es mi comunidad de autoconocimiento y meditación. Una iniciativa que incluye a grupos de personas que juntas aprenden a conocerse a si mismas y a meditar para mantenerse enfocadas y alineadas, y así eliminar de sus vidas el concepto de tener una pareja como objetivo, pues es un objetivo ilusorio, que resta energía a la capacidad natural que cada uno tiene para dar prioridad a sus necesidades personales.
Con mi método de trabajo llego por un camino directo a los patrones de conducta que la mente crea como mecanismos y estrategias de supervivencia.
Ante la “falsa creencia de carencia de afecto” que nos invade como consecuencia de las rupturas sentimentales hago que la persona modifique y transforme las ideas con las que piensa que sin una buena pareja a su lado su vida no es igual de buena. Percibo con claridad y freno todas las trampas con las que la propia mente quiere escapar del cambio.
CE: ¿Qué necesidad o nicho de mercado buscas cubrir? ¿Podrías compartir con nosotras algunos de tus logros más destacados en el campo de la gestión y educación emocional?
Mujeres entre 35 a 55 años que tras alguna ruptura sentimental, cercana o lejana en el tiempo, han perdido sin saberlo la confianza en sí mismas y ponen en otras circunstancias la causa por la que no logran sus objetivos personales o profesionales, y andan perdidas de si mismas buscando realizarse en sus vidas sin conseguirlo.
CE: ¿Qué papel juegan las instituciones públicas y privadas en el apoyo a la gestión y educación emocional? ¿Consideras que existe un apoyo suficiente para las iniciativas y proyectos en este ámbito?
No hay un apoyo adecuado en el camino del emprendimiento que aborde las dificultades emocionales, ni tampoco a la manera que los pensamientos negativos y otras limitaciones entorpecen el camino al éxito.
Incluso cuando he planteado de alguna manera ser parte del cambio en ese sentido, ofreciendo mis servicios de formación en gestión y educación emocional a nivel institucional, no ha habido respuesta positiva por parte de ellos.
CE: ¿Has experimentado alguna vez algún desafío o dificultad para emprender por ser mujer?
Puedo decir que por mi género no he encontrado dificultades añadidas. Al contrario, he encontrado puertas abiertas de apoyo como la Fundación Mujeres y otras organizaciones.
Ser mujer nunca me ha marcado de manera negativa para emprender e intentar hacer las cosas a mi manera.
CE: ¿Cómo crees que la tecnología influye en tu sector? ¿Qué impacto crees que tiene las redes sociales en la promoción y gestión del cuidado emocional?
Hoy en día sin redes sociales, eres como un pez perdido en el mar, y es muy difícil hacerte ver sin ellas. La gran competencia que existe en el sector hace indispensable crear estrategias de marketing y publicidad con las que mostrarte diferente y poder convertirte en un referente específico, para atraer así a tu público objetivo, fidelizarlo y crecer.
De igual manera, pienso que hay que cuidar la información que se consume de las redes en este sector porque no toda está lanzada por profesionales que conocen de lo que hablan, desde dentro, por haber superado los problemas que ayudan a resolver. En mis inicios estuve ahí, y nunca es lo mismo cómo se enfoca la solución de un problema para otra persona, si tú ya lo has comprendido con amplitud, profundidad y lo has resuelto de manera satisfactoria y estable.
Yo encontré la solución a mi malestar, y no fue encontrar una buena relación de pareja, sino reconstruir y fortalecer la fe en mi.
CE: ¿Qué estrategias utilizas para conectar con tu público y crear una experiencia memorable en tus talleres, cursos o sesiones? ¿Cómo mides el éxito de tu proyecto y el “feedback” de tus clientes?
Al principio esta parte era un caos auténtico. Dedicaba muchas horas a captar la atención de mi público con resultados muy pequeños. Hoy, que he crecido un poco, me ayuda una agencia de publicidad que se ajusta a mis posibilidades económicas, y en ella delego muchas de esas funciones. Me dejo asesorar y me siento más libre, menos estresada.
CE: ¿Cómo has lidiado con los obstáculos y momentos difíciles en tu trayectoria? ¿Cómo equilibras tu vida personal y profesional como empresaria y mujer?
Siempre con el apoyo y la comprensión de los que me quieren, fundamentalmente mi familia y amigos que no dejan de creer en mí, incluso cuando yo misma lo veo todo oscuro. Tener una buena red de apoyo es fundamental, porque los momentos bajos vienen, y no sentirte capaz de seguir adelante, es un fantasma que nos persigue.
El apoyo y la comprensión de los que te quieren es fundamental para sostener el emprendimiento.
El equilibrio para mí es relativamente sencillo de lograr porque desde el principio me planteé que hago esto para disfrutar de mi vida haciendo algo que me gusta y ganar dinero con ello, no para sacrificarme. Para mí lo más importante es vivir la vida y experimentarla, no trabajar. Me esfuerzo, implico y le dedico el tiempo que considero adecuado, y cuando toca divertirse, se cierra el ordenador. Antes por afán de ganar clientes estaba activa todo el día, y si alguien me hablaba, ahí estaba yo para escuchar, pero ya no. Ahora cuando cierro el ordenador, el traje de faena se queda en el armario.
CE: ¿Qué mensaje final le gustaría compartir con las personas que buscan mejorar su inteligencia emocional y bienestar personal?
Que lo más importante que tiene en su vida, es vivir su vida, y nadie es más preciado ni valioso. Que no están solos para lograrlo porque la ayuda para romper las barreras y retirar los obstáculos está siempre al alcance de su mano, y que no hagan caso de mensajes, internos o externos, que les digan que buscar ayuda es de débiles, porque es una mentira muy grande. Todos los grandes triunfadores han recibido ayuda.
CE: ¿Qué destacarías del papel de Fundación Mujeres en el acompañamiento a emprendedoras y empresarias?
La constancia, el seguimiento y la calidad humana. Respetan tus tiempos, pero nunca se olvidan de darte un toque para saber cómo vas, tanto en lo personal como en lo profesional.
CE: Tras la experiencia de la puesta en marcha de tu proyecto ¿qué consejo le darías a tu yo más joven que está comenzando su carrera en este campo o que quiere iniciar un proyecto empresarial?
Que no se lance a la piscina del emprendimiento sin tener un buen soporte económico con el que disfrutarlo desde el principio, sin miedo por el aspecto económico. Que escuche a los que le quieren de verdad, cuando le hagan una sugerencia, porque ven fuera de sus límites emocionales, y quieren que consiga su éxito con menos desgaste.
Que haga caso de su intuición cuando le de el pálpito de seguir un camino, aunque parezca una locura. Que no preste atención ni tiempo a los que le digan que lo que quiere hacer es difícil, porque sólo reflejan sus propios miedos y limitaciones. Que se ría cada día un poquito porque la alegría relaja los nervios y la incertidumbre.
Que respire hondo cuando todo parezca que se le va a caer encima, porque es un momento oscuro, que cuando pasa se llena de luz y sólo queda ese buen sabor. Que no se preocupe por si los novios que vaya a tener le entienden o le aceptan con sus ideas, porque no las hace para ellos. En definitiva, que confíe en que tiene dentro lo necesario para sacar adelante aquello con lo que sueña, .
Si quieres saber más acerca del proyecto:
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