Muchas veces te hablo de la importancia de gestionar tus emociones, de las consecuencias negativas que no hacerlo tiene para tu vida, y en todas las posibilidades que se te abren cuando lo haces.
Sin embargo, me surgen dudas sobre si te he dejado claro qué son las emociones y cómo puedes saber cuál sientes en cada momento. Esta parte es muy importante a la hora de gestionarlas, y he escrito este artículo para que sepas cómo reconocer las emociones, y así no tengas excusas para ocuparte de tu bienestar emocional.
Conoce tus emociones
Es habitual que clasifiques las emociones en dos grupos: las emociones “que te gustan” y las emociones “que no te gustan”, pero resulta ser un error porque te condiciona la forma en que te relacionas con las "que no te gustan" .
Evitar ciertas emociones porque te parecen malas o no te gusta sentirlas, deriva en querer esconderlas. De hecho, al hacerlo acumulas malas experiencias que se pueden convertir en problemas para tu salud mental.
¿Para qué sirven las emociones?
Las emociones se activan dentro de ti ante ciertos estímulos, son capaces de producir cambios que se perciben en el cuerpo como sensaciones físicas, que alteran el estado de la mente, y provocan impulsos para que te muevas en un sentido concreto. Ese sentido es el de cubrir tus necesidades.
Cuando percibes una sensación agradable en el cuerpo, la emoción asociada te informa que has cubierto una necesidad. Pero si es desagradable, te dice que tienes una necesidad sin cubrir.
Las emociones te invitan a buscar la manera de obtener algo que percibes como carencia
El cuerpo, es capaz de reproducir todas las sensaciones de las situaciones que has vivido, como si el tiempo no hubiese pasado. Por eso es un gran instrumento para conectar con las emociones que has sentido en esas situaciones, a fin de identificarlas.
¿Cómo reconocer las emociones?
Reconocer las emociones consiste en la capacidad que tienes de darte cuenta de lo que sientes.
Es básicamente como hablar un idioma. Al principio es confuso y puede que no entiendas bien el sentido de algunas cosas, pero luego, a medida que lo entrenas ese tipo de lenguaje, logras comprender y manejarlo con mayor fluidez.
Para reconocer las propias emociones hace falta que puedas traer a tu mente consciente ciertos aspectos de tu personalidad que sueles pasar por alto o en los que prefieres no pensar.
Olvidar lo que sientes no ayuda a reconocer las emociones
Puede que tengas algunos temas personales que prefieres dejar olvidados. Sin embargo, cuanto antes te atreves a mirarlos y poner objetividad en esa mirada, antes podrás entender lo que sientes. Y si lo gestionas, el resultado es tu felicidad.
Te propongo un ejercicio para que practiques cómo reconocer las emociones
Vas a necesitar papel y bolígrafo, porque hay que escribir.
Imagina una situación cualquiera que hayas vivido recientemente. Apunta en tu cuaderno, con detalle, qué pasó, quién estaba, qué decía cada uno, qué hacía cada uno. Pon atención a tu cuerpo y a las sensaciones que empiezan a aparecer.
El cuerpo emite señales que puedes detectar si le prestas atención
Si te resulta más fácil, primero evoca el recuerdo de la situación en tu mente, y acto seguido escribe los recuerdos que te hayan venido. A veces, al escribir, aparecen más detalles.
Con las sensaciones activadas en el cuerpo, nota que te han producido una tensión, que hasta ese momento no tenías, y que te han cambiado el estado de ánimo.
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Observa si cambias a un estado de incomodidad y desagrado, o de agrado y placer
El cambio de estado de ánimo se produce con todas las situaciones, porque hay emociones en todas las situaciones que vives. La diferencia está en que ahora las estás evocando tú voluntariamente, y sabes con qué situación tiene relación. En el día a día esto te puede pasar inadvertido, a menos que tengas muy entrenada la atención sobre tu cuerpo. Por eso en ocasiones de repente te sientes mal, con tensión, y no sabes por qué.
¿Cómo reconocer las emociones usando el cuerpo?
Volviendo a la identificación, con las sensaciones activadas, observa y presta atención, a qué tipo de cosas te dan ganas de hacer, qué te pide el cuerpo hacer, en base a las sensaciones que tienes, para soltar la tensión que ha aparecido.
Las emociones se muestran en el cuerpo, y tu rostro mediante gestos y movimientos de los pequeños músculos y aunque intentes disimularlo.
El lenguaje no verbal responde en gran medida a aspectos inconscientes de tu personalidad.
Presta atención a cómo reconocer las principales emociones
Alegría
Si notas ganas de reír, celebrar, compartir, expandirte, abrirte, tus sensaciones corresponden con una emoción asociada a la familia de la alegría.
Sirve para activar comportamientos de gozo y disfrute, de bienestar, seguridad, de entusiasmo y entrega.
- Función positiva: ayuda a alcanzar y a disfrutar de las metas, y aporta plenitud y satisfacción vital.
- Función negativa: cuando se transforma en euforia o manía, es decir, se expresa alegría, pero no es real.
Amor
Si notas ganas de abrazar, de mostrar ternura, de ser mimosa, cariñosa, o comprensiva, tu emoción es de la familia del amor.
Indica la atracción emocional entre las personas, favorece la intimidad, una interacción que carga la "batería" emocional.
- Función positiva: su expresión es imprescindible para el crecimiento personal. Cuanto más afecto das más obtienes.
- Función negativa: la expresión de un falso afecto, como si te digo que te quiero, pero no lo siento.
Tristeza
Si notas ganas de encerrarte, hacerte pequeñita, desaparecer, meterte en un sitio oscuro, y que nadie te vea, estás en la emoción de tristeza. Genera un comportamiento melancólico, pasivo, de añoranza y resignación.
- Función positiva: sirve curar las heridas psicológicas causadas por las pérdidas o las situaciones traumáticas.
- Función negativa: cuando la tristeza se convierte en culpa, por no hacer lo que tenías que hacer.
Rabia
Si notas ganas de romper cosas, pegar a alguien, gritar, destrozar, tu emoción es la rabia.
Es la emoción más fuerte físicamente, la que tiene más energía. Sirve para defenderte, poner límites, demostrar lo que te molesta. Desencadena comportamientos agresivos.
- Función positiva: actúa como motor de arranque, si se sabe canalizar.
- Función negativa: es corrosiva y desencadena el resentimiento o el rencor, cuando no se expresa a tiempo.
Miedo
Si notas ganas de salir corriendo, o de quedarte muy quieto sin saber qué hacer, tu emoción es de familia del miedo.
El miedo es la emoción más primaria, respuesta frente a una amenaza o peligro. Activa comportamientos de huida o ataque.
- Función positiva: te protege de la vida, de la muerte y de entrar en situaciones peligrosas.
- Función negativa: te paraliza, cuando dejas de hacer cosas por el miedo.
Observa la reacción natural de tu cuerpo para reconocer las emociones
Intenta averigüar qué harías de forma instintiva, si supieras que nadie va a salir perjudicado. Conocer esta parte, te va a ayudar a saber lo que necesitas. Después se trata de elegir un acto socializado adaptadao, que produzca el mismo efecto liberador que el instintivo.
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¿Qué hacer cuando sabes reconocer las emociones?
Miedo
- Antídotos del miedo: la información, a demanda del que padece el miedo, porque se teme a lo desconocido.
- Canal de expresión verbal: habla de lo que te asusta, compartirlo con alguien de tu confianza que te aporte seguridad interna y contención. Da miedo por desconocido, por tanto, pide información, pero sólo la que necesitas.
- Qué hacer: evita salir corriendo, quedarte parada, o pasar desapercibida, (en sentido real o figurado).
- Emociones de la misma familia: susto, inseguridad, incertidumbre, temor, pánico, pavor.
Rabia
- Canal de expresión: físico y enérgico para destruir el objeto de la rabia.
- Acciones necesarias para liberar la tensión: morder, dar puñetazos a objetos, romper periódicos, dar patadas, el grito gutural desde el plexo solar.
- Emociones similares: molestia, irritabilidad, coraje, enojo, ira, enfado, cólera, furia.
Normas para expresar la rabia de forma saludable:
- No hacerse daño a uno mismo
- No hacer daño a los demás
- No destruir objetos valiosos
Tristeza
- Canal de expresión: llanto.
- Acciones saludables: aislarte en un lugar donde te sientas segura, para estar a solas, y llorar sin ser juzgada o coartada, sin dramas ni victimizaciones, a modo de drenaje. Adopta una actitud interna de aceptación de los hechos.
- Emociones de la misma familia: apatía, melancolía, pena, pesar, depresión.
Afecto o pasión
- Canales de expresión: puedes utilizar cualquiera de los sentidos, para expresarla.
- Formas de mostrarlo: caricias, abrazos, escribir notas afectuosas, ser tierna, gestos cariñosos, hablar con delicadeza.
- Emociones del mismo grupo: cariño, estima, aprecio, amor.
Alegría
- Canal de expresión: risa.
- Acciones para mostrarla: reír, saltar, aplaudir, correr, bailar, divertirse, celebrar.
- Emociones afines: diversión, euforia, gratificación, contento, satisfacción.
Conclusión
Las emociones vienen y van, incluso cuando se presenten muy intensas, también son pasajeras. Te propongo dejar de etiquetarlas como buenas o malas, porque todas son necesarias en su función positiva, y utilizar tu cuerpo para reconocer tus emociones, porque es el mejor instrumento que tienes, cuando aprendes a escucharlo.
Siempre puedes acudir a mi consulta de terapia emocional para aprender cómo reconocer tus emociones y tener una experiencia más feliz
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Un abrazo
Ana Eló
