Estamos en un momento en el que procede preguntarse si los sanitarios saben hablar de emociones.
Cuando se nos afecta la salud, o cuando hay riesgos de que se nos afecte, como sucede en estos tiempos, es el momento de plantearse si los sanitarios que nos tienen que cuidar tienen la suficiente inteligencia emocional como para hablar de emociones.
Con este artículo quiero transmitirte que la idea de no hablar de emociones es una idea equivocada y que te aleja de tu verdadero bienestar.
¿Los sanitarios saben hablar de emociones?
Hablando con un sanitario, le pregunté ¿cómo estás? y me contestó lo siguiente:
"Ahora mismo tengo como 20 sentimientos diferentes: mi pareja está en el hospital y me siento un poco nervioso por eso. Pero parece que todo está yendo bien. Me siento contento por estar hablando contigo. También un poco ansioso porque estoy terminando mi tesis. Podría decirte con todo detalle cómo me siento, estoy entrenado.
Pero mucha gente no ha tenido entrenamiento, y por eso los sanitarios hablan muy poco de sus emociones.
No abunda el lenguaje emocional entre los sanitarios
Puede que si te pregunto a ti cómo estás, me dirás "bien o mal", nada más.
Pero hay miles de palabras para describir lo que sientes, y no tienes que limitarte a usar las 4 ó 5 que usas siempre. No necesariamente las tienes que expresar, a veces es suficiente con saberlas tú. Pero te puede suceder que no tengas las herramientas adecuadas para hablar de tus emociones.
No abunda la educación del lenguaje emocional
Pretendo es asegurarme de que te des cuenta de ello, y a su vez, proporcionarte habilidades y palabras para que uno de esos sanitarios que hablan de sus emociones abiertamente.
Te dejo por aquí el enlace a un diccionario de emociones, actitudes y conductas para que explores tu mundo emocional y te familiarices con el significado de las palabras que usas al describir tus emociones y amplíes tu abanico de posibilidades.
Es importante hablar de emociones
Puede que como la mayor parte de los sanitarios hayas aprendido, equivocadamente, que lo importante es sentirte siempre bien, y mostrarte así, para infundir positividad y apoyo a los pacientes que cuidas.
Esta idea lleva a que trates de evitar, a toda costa, lo que se llaman emociones "negativas".
¿Cómo?
- Negándolas
- "Anestesiándote" con alcohol, drogas o medicamentos
- Evitando enfrentarte a la realidad a través de cualquier adicción: comida, deporte, trabajo, compras, sexo, etc.
- Buscando actividades peligrosas que te provoquen fuertes descargas de adrenalina
Los sentimientos se califican como positivos o negativos, cuando en realidad no son ni buenos ni malos.
Tienes que considerarlos como adaptativos o desadaptativos, adecuados o inadecuados, dependiendo del momento en que surgen, su intensidad y la manera en cómo te afectan.
¿Qué pasa cuando los sanitarios hablan de sus emociones?
Cuando te preguntan qué tal estás, no siempre hace falta una respuesta larga. Tiene que haber un equilibrio.
Pero si hace falta que en tu vocabulario tengas recursos para describir con claridad lo que sientes.
¿Es útil que los sanitarios aprendan a hablar de emociones?
Hablar de las emociones o sentimientos, es muy importante, porque:
- Reflejan tu mundo interno.
Te informan de cómo vives en tu interior, lo que sucede a tu alrededor.
Esto te permite conocerte mejor y satisfacer tus necesidades y deseos y entender muchas de tus conductas.
- Sirven para dirigir gran parte de tus conductas.
- Te indican cómo estás evaluando y juzgando las diferentes situaciones que vives.
- Te ayudan a tomar decisiones, porque por mucho que analices y pienses sobre los pros y contras de las cosas, al final, lo que sientes como resultado de dicho análisis, es lo que te lleva a elegir.
Cuando los sanitarios hablan de emociones pueden decidir qué hacer con ellas
- Te permiten darte cuenta de tus pensamientos y actitudes y te ayuda a cambiarlos, cuando es necesario.
- Facilita tu adaptación al medio ambiente y te ayuda a actuar adecuadamente.
- Te ayudan a relacionarte mejor.
- Facilitan una mayor intimidad.
- Permiten que las otras personas te conozcan mejor y te puedan entender con mayor facilidad.
- Con tus emociones puedes regular la conducta de los demás, porque les muestras qué actitud tomar frente a ti en esos momentos.
Cuando los sanitarios no hablan de sus emociones los demás tienden a suponer o a adivinar lo que les sucede, y esto puede generar conflictos.
De lo que se trata es de reconocer las emocione en ti misma: comprender las causas, tener un buen lenguaje para expresar y describirlas, y por último regularlas.
Mostrar emociones se ha entendido, tradicionalmente en el ámbito de la sanidad, como un signo de debilidad. Tener sentimientos no era algo bueno. Pero yo creo que las emociones te hacen más lista.
Las emociones condicionan lo que piensas
Las emociones conocidas como primarias (miedo, sorpresa, aversión, ira, alegría, amor y tristeza), son reacciones que pueden surgir de forma automática.
Son intensas y de corta duración.
Si cualquier emoción se prolonga, es porque está siendo "alimentada" por tus pensamientos.
Las emociones son datos, información, y condicionan lo que piensas. Cuando sabes qué hacer con tus sentimientos, pueden pasar cosas buenas.
Cuando suprimes tus sentimientos, no eres tan sana como cuando los expresas.
Las emociones son personales
Las emociones son personales. Tiene que ser algo normal que los sanitarios hablen de sus emociones.
Nadie puede valorar, aprobar o descalificar tus sentimientos, o tus emociones porque son subjetivas, basadas en tu experiencia, vivencia y aprendizaje.
Lo que sí puede ser calificada es la manera de expresarlos.
Eres responsable de tus sentimientos y de lo que haces con ellos.
Nadie puede obligarte a tener determinadas emociones.
Una persona puede hacer o decir ciertas cosas, incluso con la intensión de hacerte sentir mal.
Pero el malestar no surge de la conducta de la persona, sino de lo que tú piensas de su conducta, de sus palabras y de ti misma.
Una persona puede criticarte, pero si te dices: "esa es su opinión, pero yo se que lo que dice no es cierto, y no vale la pena darle importancia a lo que dice", te vas a sentir tranquila.
¿Qué hacer cuando no sabes hablar de emociones?
Es importante que aprendas a detectar y aceptar tus emociones, para poderlas manejar y no ser manejada por ellas.
También es necesario aprender a expresarlas adecuadamente, eligiendo:
- La persona adecuada
- El momento y lugar correctos
- La forma de hacerlo
¿Qué tienen que hacer los sanitarios para hablar de emociones?
Cuando vas a hablar de emociones, es importante hacerlo en primera persona (yo me siento…) y no atacar o culpar al otro.
También es necesario que seas clara y concisas, sin darle muchas vueltas, para que los demás entiendan fácilmente lo que estás expresando.
Recuerda que no saber hablar de tus emociones o luchar contra ellas, aumenta tu malestar y hace que tu atención y energía se centren en la emoción y no en la solución del problema.
Lo mismo sucede cuando te enfocas en negarlas o en quejarte de ellas.
Toma interés en conocer más detalladamente, la relación entre tus pensamientos y tus emociones.
Para controlar y disminuir las emociones que te están perjudicando, necesitas reconocer y aceptar los pensamientos que las mantienen o incrementan y modificarlos.
Esto no significa simplemente cambiarlos por un pensamiento contrario.
No se trata de cambiar el "no puedo, soy incapaz", por "si puedo, soy muy capaz", si no me creo esto último.
Se trata de hacer un análisis objetivo y detallado del porqué de dicho pensamiento y del motivo por el que es un pensamiento erróneo.
Todo pensamiento que mantiene una emoción innecesariamente, es erróneo y por lo tanto hay que modificarlo.
Se habla de lo emocional como opuesto a lo racional
La forma en la que te sientes afecta a la manera en que evalúas las cosas. Esto sucede fuera de la conciencia.
Cuando estás ante un paciente, al que le tienes que dar una indicación de cómo tomar un medicamento, tu estado de ánimo guiará la manera en que evalúas su implicación para prestarte atención.
Cuando estás con un compañero o un superior que te hace un comentario, la forma de recibirlo está influida por tu estado de ánimo.
Si previamente has pasado un día horrible o muy bueno, la valoración que haces varía considerablemente.
No se trata de hablar por hablar
Hablar de ello, con las personas adecuadas, en el momento adecuado y de la forma correcta, te posibilita ser más dueña de tus reacciones, y no tener que lamentarlas, por exceso ni por defecto.
El rol de cuidadora que te otorga tu profesión, no obliga a que todo lo que sientes tenga que ser bueno o positivo, y que si no lo es, mejor esconderlo para poder seguir cuidando con tu mejor disposición.
Esta afirmación es una carga que arrastran muchos sanitarios como tú, y es una gran mentira, que sólo hace impedirte conectar con tu verdadero ser.
Ser emocionalmente inteligente es comprender que antes de evaluar el comportamiento de alguien, necesitas hacer una pausa, reflexionar sobre cómo estás. Sólo la identificación del sentimiento te ayuda a ponerlo en perspectiva.
Qué hacer con las emociones identificadas
Hablar de las emociones supone primero identificarlas y reconocerlas, es decir, saber que las tienes. Después comprenderlas y nombrarlas.
No puedes hablar ni comprender algo que no sabes cómo se llama.
Y finalmente, regularlas y expresarlas de forma ajustada y proporcionada a lo vivido, para que sean de tu utilidad.
Las emociones son útiles
Las habilidades de inteligencia emocional con las que saber hablar de emociones, son de una importancia crítica para el éxito en tu puesto de trabajo, y también en tu vida personal.
Una pregunta a modo de reflexión para terminar...
Los pacientes a los que quieres ayudar, también tienen sus emociones, pero si tú no tienes inteligencia emocional, para hablar de las tuyas, ¿crees que a ellos les resulta fácil dirigirse a ti con lo que sienten, para que les ayudes en ese ámbito?
Espero que todo lo leído te sirva para ponerte en el camino de la expresión de tus emociones. En cualquier caso, cuéntamelo en tus comentarios, y si te cuesta o no sabes hablar de lo que sientes, te puedo ayudar.
Un abrazo
Ana Eló